A algunos podría parecerles extraño que la naturaleza de los seres humanos sea tan propensa a la discordia e impulse al ataque y a la aniquilación mutuos. Estos podrían tener en cuenta que al iniciar un viaje uno se arma y se preocupa de viajar en compañía, que al irse a dormir cierra las puertas y que incluso en su casa cierra sus cofres.
Si fuera realmente beneficioso para la sociedad que el hombre y la mujer gozaran de absoluta igualdad de derechos, eso ya se habría instituido hace milenios.
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